Félix Bautista
La Cordillera Central es la fuente de agua más importante de la Región El Valle, compuesta por las provincias San Juan, Azua y Elías Piña, ya que alimenta las presas de Sabaneta y Sabana Yegua, a través de los ríos Yaque del Sur, San Juan, Los Baos, Jínova, entre otros. La Cordillera Central y los ríos que ésta alimenta, garantiza a la Región El Valle el agua necesaria para la producción agropecuaria y el consumo humano.
Gracias a estos recursos, el Valle de San Juan ha producido históricamente en promedio el 15% de la producción de Arroz; el 60% del consumo nacional de Habichuelas; el 80% de la producción de semillas; el 47% del consumo anual de Guandúl; el 50% de la producción nacional de Maíz; el 40% del consumo nacional de Batata; ha producido, además, maní, hortalizas, frutas, vegetales, víveres, ganado ovino, caprino y leche, en una extensión superior a 550 mil tareas de tierra con vocación agrícola. En la actualidad, con el proyecto de diversificación de los cultivos agrícolas impulsado por el gobierno del presidente Luis Abinader, se ha iniciado la siembra de otros rubros, tales como berenjenas, papa, tabaco, y se proyecta además la siembra de sandías, melones, uva de mesa entre otros.
El éxito de este proyecto permitirá que la provincia San Juan siga contribuyendo con garantizar la Seguridad y Soberanía Alimentaria del país, al tiempo que se incrementa la capacidad productiva y se genera nuevos empleos.
El desarrollo económico, bienestar social y la estabilidad ambiental que genera la actividad agrícola en el valle de San Juan, se ven amenazados por un proyecto que ha emprendido la empresa Gold Quest, con el objetivo de explotar la mina ubicada en la sección Romero, del Distrito Municipal de Sabaneta, provincia San Juan, justo en la cabecera de la Presa de Sabaneta.
¿Cuales son los componentes que se utilizaría para explotar esta mina?
Un grupo argentino denominado “Asamblea Popular por el Agua” realizó un estudio que estableció cuál era el consumo de “agua, electricidad, combustibles, lubricantes, cianuro, explosivos y generación de escombros” del proyecto Pascua Lama, durante los 21 años de vida útil de la mina.
El resultado del estudio fue que para producir un kilo de oro es necesario utilizar “380,000 litros de agua pura; 36,000 kilowatts de energía eléctrica; 2,000 litros de gasoil; 42 litros de nafta; 128 litros de lubricante; 849 kilogramos de cianuro de sodio y 1.04 kilogramos de explosivos”.
Si se explota la Mina Romero, se afectará de manera considerable el medio ambiente, la producción de agua y el ecosistema y se contaminarían todas las Aguas de la Presa de Sabaneta, que sustenta el desarrollo agrícola del valle.
Esas fuentes acuíferas serán contaminadas con el cianuro utilizado para la explotación del oro. Tambien, la contaminación afectaría el Río Yaque del Sur, por ser el Río San Juan afluente del Rio Yaque, afectando por consiguiente, a las provincias de Barahora, Bahoruco e Independencia.
Se afectaría además, la vida animal y vegetal, ya que la contaminación de las aguas con cianuro repercute en el proceso de desarrollo de las plantas, destruye la vida de aves, peces y cualquier especie animal; produce en los humanos problemas respiratorios, altera los sistemas nervioso, arterial, digestivo; afecta el desarrollo del embarazo y contribuye a los nacimientos prematuros; afecta la inteligencia de los niños; provoca abortos espontáneos; daños a los riñones; ceguera y cicatrices que permanecen aún después de cerrada la mina.
El Estudio Económico del Proyecto Minero Romero, se indica que el Estado dominicano recibiría en siete años la suma de 224 millones de dólares, equivalente a 32 millones de dólares por año. De esta cantidad, la provincia San Juan recibiría el 5%, lo que representa 1.6 millones de dólares por año y 133 mil dolares al mes, los cuales calculados a una tasa de 54 pesos por cada dólar, ascienden a 7.2 millones de pesos mensuales, aproximadamente.
Sin embargo, el sector agropecuario de San Juan produce una dinámica económica que genera más de 1,700 millones de pesos por año y más de 28,000 empleos.
Ante eso nos preguntamos: ¿Vale la pena contaminar las aguas para la producción y para el consumo humano, a cambio de una suma tan insignificante? No. ¿Es posible dejar de recibir 36 millones de dólares por año, a cambio de 1,6 millones? No. ¿Es posible destruir la fuente de generación de más de 28,000 empleos por año a cambio de 800? No. Y lo más importante: No podemos permitir que se enferme la población de San Juan, Barahona, Bahoruco e Independencia, a cambio de que empresas extranjeras se lleven su riqueza.
En este sentido, la Constitución dominicana, en su artículo 15, prescribe que el “recurso agua es un patrimonio nacional, inalienable, imprescriptible, inembargable y esencial para la vida”.
Consigna que “los ríos y las zonas de biodiversidad endémica, nativa y migratoria, son objeto de protección especial por parte de los poderes públicos, para garantizar su gestación y preservación como bienes fundamentales de la Nación”. Amparados en la Norma Fundamental e importantes normativas relativas a la protección del medio ambiente y los recursos naturales, como senador por la provincia San Juan, he sometido al Senado de la República, el proyecto de ley que declara la Reserva Natural Romero, con la finalidad de impedir para siempre la explotación minera en esta zona, por los efectos que tendría sobre la vida, la salud y la riqueza de la Región El Valle y la Región Enriquillo.
La verdadera mina que se debe aprovechar es la fertilidad de los suelos del Valle de San Juan, los cuales con inversión y políticas adecuadas, pueden multiplicar la producción de alimentos para garantizar la demanda local y nacional.
La vida y la salud no tienen precio. Cualquier comunidad vive sin oro, pero no puede vivir sin agua. En San Juan, el agua es nuestro tesoro y vale más que el oro.
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