“Nunca había visto algo así en diez años”, dijo a la AFP Maarten Boute, director ejecutivo de la compañía telefónica Digicel, que cubre 75% del mercado haitiano.
“Hoy tenemos 430 antenas afectadas de las 1.500 en todo el país, lo que perjudica a varias centenas de miles de clientes”, indicó.
Las pandillas que controlan buena parte de la capital, Puerto Príncipe, bloquean rutas que conducen a las terminales petroleras, complicando el abasto de combustible.
Las pandillas que controlan buena parte de la capital, Puerto Príncipe, bloquean las rutas que conducen a las terminales petroleras, lo que complica -desde hace varios meses- el aprovisionamiento de combustible.
Esta situación lleva a la suspensión del servicio de telecomunicaciones móviles debido a que las antenas son alimentadas con electricidad proveniente de generadores térmicos.
“Ahora tenemos una pequeña reserva de combustible que nos permite, día a día, mantener el servicio hacia localidades de provincia y las más importantes de Puerto Príncipe”, agregó Maarten Boute, quien precisó que la mayoría de los aprovisionamientos de combustible son realizados en moto.
La escasez de combustible también es una amenaza para el funcionamiento algunas estructuras hospitalarias en el país.
Es “probable que se pierdan vidas” si los suministros de combustible no llegan a los hospitales de inmediato, advirtió el coordinador humanitario en funciones de la ONU en el país, Pierre Honnorat, en un comunicado publicado el domingo.
Una de esas pandillas reclama 17 millones de dólares de rescate para liberar a un grupo de misioneros y miembros de sus familias -16 estadounidenses y un canadiense- secuestrados el 16 de octubre al este de Puerto Príncipe.
Los soldados recorren la zona fronteriza, caminos, carreteras, montes y otros lugares que podrian ser usados por haitianos, para evitar que ingresen ilegalmente al país.
También, la cuarta brigada del Ejército, con asiento en Mao, bajo el mando del coronel Germán Rosario Pérez, ha redoblado sus acciones operativas en las cuatro provincias del Noroeste.
Entretanto, militares impiden que haitianos traspasen garrafones de gasolina y gasoil a su país.
La escasez y alza de los precios de los carburantes, sumado a los secuestros y el terror de las bandas delictivas, están provocando protestas violentas en Haití , que ya se extendieron a Juana Méndez, situada a 600 metros de Dajabón.
“La cantidad que se está vendiendo no es suficiente para que se desabastezca el país”, dijo Matos. “Refinería está haciendo muy buen trabajo con el tema del suministro” agregó.
SE AGRAVA CRISIS
Las motocicletas y la camioneta detenidas se encuentran en la sede del cuartel del Cesfront de esta zona fronteriza, para los fines correspondientes.
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