El martes 28 de abril en la tardecita, los residentes de sectores aledaños al Duquesa no lo olvidarán fácil. La humareda que ha surgido por el incendio en el vertedero les ha dejado su estampa. Unos amanecieron despiertos, otros tuvieron que salir corriendo a otro lugar y no faltan los que debieron quedarse solo a observar cómo la luz del fuego alumbraba sus miserias.
Es gente muy pobre la que vive por ahí. Ante lo ocurrido tiene que tomar la decisión de quedarse a respirar el humo o salir en búsqueda de agrandar sus deudas. Marianela Montero se quedó con la última moción. Ella y su familia no aguantaron los embates de una humareda que amenaza con hacerle competencia al Covid-19.
“Nosotros tuvimos que alquilar una casita en Villa Hermosa, sin poder, haciendo un sacrificio porque si nos quedamos ahí, ya usted sabe lo que nos puede pasar, más ahora que tenemos ese virus en el país”. Ofrece esta información al tiempo que muestra impotencia porque llevan años pidiendo que quiten el vertedero de ese lugar.
Marianela y su familia viven en Los Casabes, un sector que está pegado del Duquesa. Al peligro que representa para la salud este depósito de basura, ubicado en Santo Domingo Norte, ella le atribuye la enfermedad de su hija Carolina, una adolescente que perdió sus dos piernas y finalmente murió por caer en las garras del cáncer. LISTÍN DIARIO contó su historia en el año 2016.
“Yo también estoy enferma de los pulmones, mi niño tiene plomo en la sangre y mi esposo salió con una mancha en los pulmones también. Esto no es fácil. Tenemos años sufriendo este desastre, lo que sucede con la alarma de ahora es que el problema ha arropado a toda la ciudad, pero si no, todo pasa normal. Es más, ya la gente está acostumbrada e inmune a esta humareda”, lo dice preocupada.
Y tiene sobrados motivos para preocuparse, pues según cuenta, por estar inmune hay muchos que andan entre el humo como si nada, solo con una mascarilla puesta, pero no por este problema, sino por lo del Covid-19.
Origen del problema
Desde el conocimiento que tiene por los tantos años viviendo en Los Casabes, asegura que lo peor de todo esto es que son incendios provocados. “Son personas desalmadas que se fajan a quemar alambres para quitarle el plástico y recolectar el cobre para hacer negocio. Y no le estoy hablando de un chin, son sacos que sacan de ahí, es más camiones”. Hace la acusación con responsabilidad, aunque le asusta que alguien tome represalia contra ella por decir lo que tilda de: “una gran verdad”.
Justifica su presunción con el hecho de que el fuego comenzó a eso de las 6:00 de la tarde cuando ya el sol se había ocultado. Igual ha pasado en otras ocasiones. Lo cierto es que, sin importar la causa, muchas personas han tenido que abandonar su casa exponiéndose a que le roben lo poco que tienen, y asumiendo deudas por el simple hecho de preservar su salud.
Frase
“Lo triste es que la alarma por el humo es porque se ha regado en la ciudad”.
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