El derecho a la palabra es lo último que se pierde, como la esperanza. El dominicano lo sabe y lo ejerce de manera desaprensiva, sin respetar siquiera situación de crisis.
No solo las redes, desahogo democrático por excelencia, y que no para ante nada, sino que Radio Bemba recupera su territorio y vuelve a hacer de las suyas.
Ahora se estila montar una conversación y grabarla y compartirla con un universo ilimitado, dando rango de veracidad a falsedades o peores perversidades.
La de domingo noche, lunes de mañana, fue la extensión del toque de queda de 13, 14 horas a 24, como reacción al agravamiento de la pandemia.
Funcionarios del gobierno (ministros de Salud, Administrativo y Presidencia) salieron al paso, desmintieron la especie, pero ya los supermercados estaban llenos.
Pánico inmediato e instantáneo que siembra y cosecha en una sola jornada. Un senador quiso colar una aberración que no llegó a camino, pero tampoco, y felizmente, a desvío.
Era cosa propia, un mal sueño, y pesadilla sola.
¿Qué hacer ante esta peste que igual afecta y padece la población y que tiene todos los elementos de una conspiración para mantener inquieto el ánimo colectivo?
Generalmente se explica que esas intrigas se producen o ganan espacio cuando las autoridades se cierran y no comparten información.
Ese no sería el caso de ahora, pues Rafael Sánchez Cárdenas comparece a los medios todos los días y reseña los últimos acontecimientos con cifras que aterran, pero que se corresponden con la verdad.
Sosiega que el fenómeno se de al margen de la política y que los infundios no sean una de sus armas. Más bien de almas rotas, una bellaquería que no encuentra mejor oficio que soliviantar la gente.
Entre estos figuran los muy enterados, y que son únicos, pues no solo suyo el invento, sino que también la patente. Nadie que no sean ellos mismos conoce lo que con tanta suficiencia revelan.
La enfermedad parece no tener remedio, y lástima que no pueda darse un ejemplo: matarse el perro y acabar la rabia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario