China anunció el viernes más de 500 casos de contagio del nuevo coronavirus en sus cárceles, al menos 200 de los cuales en el mismo centro penitenciario, lo que aumentó los temores a nuevos focos de propagación.
Al menos 200 detenidos y siete guardias de la prisión de Rencheng, en Jining, en la provincia de Shandong (este) fueron contagiados con el virus, indicaron las autoridades sanitarias provinciales en una rueda de prensa.
"La aplicación de medidas de prevención y de control no fue eficaz", admitió el viernes Wu Lei, jefe de la administración penitenciaria en Shandong.
Xie Weijun, responsable de justicia en Shandong, dos otros directivos de la administración penitenciaria y cinco responsable de la cárcel fueron destituidos acusados de negligencia, anunció el gobierno provincial.
En la cárcel de Shilifeng, en la provincia de Zhejiang (este), se registraron otros 34 casos.
Por su parte, la provincia de Hubei, en el interior del país y epicentro de la epidemia, informó el viernes de 271 contagios en sus cárceles, de los cuales 220 todavía no habían sido contabilizados por las autoridades provinciales.
Según un periódico oficial local, el Diario de Hubei, 230 casos fueron registrados en la cárcel de mujeres de Wuhan, cuyos guardias fueron despedidos por no haber frenado el contagio, mientras que los otros 41 casos se dieron en un mismo establecimiento del cantón de Shayang.
Pese a las drásticas medidas de cuarentena y de restricción de circulación adoptadas por las autoridades, este repunte de contagios en las prisiones hace temer el brote de nuevos focos de propagación en lugares donde muchas personas están confinadas.
Además, la diáspora uigur ha alertado sobre los riesgos de un "contagio masivo" del virus en los centros de internamiento de Xinjiang (noroeste de China). Oenegés y expertos afirman que cientos de miles de miembros de esta minoría musulmana están detenidos en esta región, escenario desde hace tiempo de numerosos atentados.
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