Hay personas que se acostumbran a vivir una vida sin incentivo. No tienen ilusión de ver sus vidas en otra perspectiva porque consideran que esto es imposible debido a que nunca han experimentado algo diferente.
Esto hace pensar que la bendición es para otros; pero no podemos seguir pensando de esta manera, porque cuando le entregamos nuestro corazón a Cristo hay un Reino a nuestra disposición, y debemos apropiarnos de él.
Pero para que esto ocurra debemos estar conscientes de quiénes somos en Cristo y que necesitamos luchar para alcanzarlo, apropiándonos de cada promesa escrita desde Génesis hasta Apocalipsis. Porque hemos sido llamados a estar encima y no debajo, ser cabeza y no cola, a prestar a muchas naciones y no pedir prestado.
Decidamos hoy cambiar de vida y no conformarnos, porque solamente los violentos arrebatan, aquellos que saben que puede traerse el Reino a la tierra y disfrutar de las maravillas de nuestro Señor. ?
Devoción Un cumplido es una expresión desinteresada; una lijonja o adulación se dice con el interés de manipular. El cumplido expresa admiración o el deseo de agradar.
Quien lisonjea o adula siempre busca su propio interés, y es capaz de “acuchillar a espaldas”. Quien siente admiración genuina, podría estar en las buenas y en las malas; quien lisonjea, sólo cuando puede obtener un beneficio. Es fácil discernir entre uno y otro, pero la razón por la que obviamos hacerlo sin poner límites al adulador, es por la necesidad de llenar sus egos; y de nuestros egos, todos nos debemos cuidar. “El hombre que lisonjea a su prójimo, red tiende delante de sus pasos”.
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