Los presidentes Donald Trump y Moon Jae-in, de Corea del Sur, saludan en la visita anterior del mandatario surcoreano el 30 de junio de 2017.
Por: VOA Noticias
WASHINGTON.- El presidente surcoreano, Moon Jae-in, visita este martes la Casa Blanca en medio de señales de que la alianza entre Washington y Seúl que permitió el acercamiento de Corea del Norte con el Sur y con Estados Unidos, se ha debilitado.
El presidente Donald Trump tiene previsto celebrar una cumbre con el líder norcoreano el 12 de junio en Singapur, pero Pyongyang ha amenazado recientemente con retirarse por las demandas estadounidenses de un “abandono nuclear unilateral”.
En ese sentido, la visita de Moon a la Casa Blanca es vista como un intento por salvar la cumbre y reajustar las expectativas sobre sus potenciales resultados.
Hasta ahora Trump ha prometido un histórico acuerdo con Kim Jong Unque ninguna administración previa ha podido conseguir. Las posibilidades de lograrlo parecían grandes luego que los norcoreanos anunciaron la destrucción de un sitio de pruebas nucleares, pero desde entonces las promesas de desnuclearización de la Península Coreana y la realización de la cumbre misma han quedado en entredicho.
Además de quejarse de las demandas de desarme de Estados Unidos, Corea del Norte ha condenado los ejercicios militares conjuntos de Corea del Sur y Washington, y la semana pasada se retiró de unas conversaciones intercoreanas que estaban previstas.
Según Corea del Sur fueron las declaraciones del asesor presidencial estadounidense John Bolton al canal Fox News —en las que defendió el “modelo de Libia de 2003, 2004” como guía para conseguir la desnuclearización de Corea del Norte— las que desataron la ira de Pyongyang.
A fines de 2003, el entonces líder libio Mohamed Gadafi aceptó la eliminación de su incipiente programa nuclear y su arsenal químico para obtener un alivio de las sanciones.
Esta referencia fue vista por Pyongyang como algo desafortunado: después de renunciar a su programa nuclear, Gadafi resultó asesinado en 2011 en un levantamiento armado apoyado por bombardeos de la OTAN.
Entretanto, ante la perspectiva de que la cumbre en Singapur se cuestione, Trump ofreció garantías de que, si la cumbre es exitosa, Kim “tendrá protecciones muy fuertes”.
“Estará en su país dirigiendo su país. Su país será muy rico”, dijo a los periodistas la semana pasada.
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