El autor es abogado. Reside en Orlando, Florida.
Desde su investidura en 2017, el presidente Trump ha dejado en claro su deseo de restringir la inmigración hacia los Estados Unidos. Inicialmente se enfocó en clases específicas de inmigración, incluyendo la llamada inmigración ilegal y la inmigración de personas de países con mayorías musulmanas.
Con el tiempo, su enfoque se ha expandido para incluir también otros tipos de inmigración, como parte de su promesa de campaña “America First” (Estados Unidos primero). Esto incluye apuntar al popular programa de visas profesionales H-1B, el cual es utilizado por los empleadores para traer trabajadores extranjeros altamente calificados a los Estados Unidos.
Las solicitudes iniciales y renovaciones de H-1B enfrentan mayores escrutinios
El programa de visas H-1B es utilizado a lo largo de los Estados Unidos como una forma de atender a las necesidades específicas de empleados calificados para ciertas industrias. Por ejemplo, el sistema educativo estadounidense no se ha enfocado con énfasis en las áreas de programación y otras destrezas relacionadas con las computadoras, resultando en una escasez de ingenieros en computación, programadores de software y otros expertos.
A lo largo del sector tecnológico, los empleadores se apoyan en el programa de visas H-1B para contratar trabajadores extranjeros con las destrezas necesarias en computación para desarrollar programas, programar nuevas aplicaciones y crear los productos que los estadounidenses usan a diario para que sus vidas sean más fáciles.
El programa de visas H-1B ya ha sido limitado relativamente, sólo permitiendo 85,000 visas por año. En 2017 hubo más del doble de solicitudes para este tipo de visa. Bajo la administración de Trump, tanto las solicitudes iniciales de visas H-1B como las renovaciones, serán sujetas a un escrutinio más exhaustivo. Esto hace que la probabilidad de recibir una visa de este tipo sea aún más remota, debido a que se ha instruido al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) que revise la forma en que son otorgadas.
De manera simultánea, se ha advertido a los empleadores que no discriminen a los trabajadores estadounidenses o intenten pagar salarios más bajos a los trabajadores extranjeros usando el programa de visas H-1B.
Las renovaciones de visas H-1B, que son requeridas cada tres años, ya no recibirán una consideración especial. Bajo las guías anteriores, mientras que no hubiese cambios materiales y evidencia de errores o fraude, la renovación sería otorgada. Ahora, las renovaciones serán revisadas cuidadosamente para proteger los intereses de los trabajadores estadounidenses, con una política específica de prevenir el fraude y abuso del programa.
Opciones para empleados profesionales que buscan trabajar en los EE. UU.
Si bien la continuación del programa de visas H-1B parece no estar en riesgo, hay ciertos obstáculos adicionales al solicitar este tipo de visa en el clima político actual. Si obtener una visa H-1B con un límite federal relativamente bajo de 85,000 ya era difícil, ahora que los funcionarios federales observarán de cerca cada solicitud y renovación de visa, es probable que resulte aún más complicado conseguir y retener trabajadores extranjeros utilizando este programa.
Los inmigrantes también podrían considerar otras opciones de visas, como la Extensión F-1 OPT STEM, que permite a estudiantes extranjeros en las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería o matemáticas permanecer en los EE. UU. con la posibilidad de trabajar hasta dos años, o la visa L-1, la cual permite que dentro de una compañía se realicen transferencias de ejecutivos, gerentes o empleados profesionales esenciales a sitios de trabajo en los EE. UU.
Otros posibles canales de inmigración incluyen la visa O-1 para un profesional o emprendedor que haya hecho cambios o contribuciones innovadoras a su industria y haya sido reconocido por dichos logros.
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