El autor es periodista y profesor de la UASD.
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Por: Rubén Moreta
Hablar y/o analizar la obra de los amigos es fácil y difícil.
Fácil por la proximidad afectiva y difícil porque la emotividad puede agujerear
la objetividad del análisis. Y Rafael Emilio es mi amigo, y me toca analizar su
última producción Literaria, en donde se inicia en el difícil género de la
Novela, con la obra titulada Con la Boca llena de Hormigas.
Rafael Emilio se adentra a novelar la historia de Amarillo
Florián, un campesino sanjuanero, que emigro a la ciudad y que debió ir a vivir
a la Mesopotamia, un sector marginado, donde cada temporada ciclónica la muerte
asecha y ataca de forma implacable y aviesa.
La historia de vida de Amarillo Florián es la historia de la
migración rural-urbana, que llena urbes de miseriosos sobrevivientes, en guetos
hacinados, en favelas, que aquí llamamos barrios o ensanches. Con gran acierto, encanto, expectación e
incluso hilaridad, Rafael Emilio mantiene al lector atrapado en los 22
capítulos y 154 páginas de la novela.
Con la “Boca Llena de Hormigas” es una Novela Histórica, que
recrea episodios concretos de la historia social y económica de San Juan, de
los últimos 60 años. Algunos de estos
acontecimientos son intencionalmente ignorados o desdeñados por las elites
dominantes de la ciudad.
La novela pone en primer plano la pobreza imperante en esta
provincia, el proceso de descampesinización del valle y como comerciantes
burgueses fueron despojando a los campesinos de sus tierras. La obra se adentra en las heroicas jornadas
reivindicativas del campesinado sanjuanero, en la década de los ochentas, para
ser beneficiario de un pedazo de tierra, y pone en el centro de esas campañas a
un héroe sanjuanero olvidado: Zoilo Ramos.
El Zoilo Ramos parido en esta trama, líder de Amarillo Florián, sí
existió en la vida real y de manera personal me apasionó su aparición en esta
novela ya que la primera y única vez que yo caí preso, fue en una ocupación
campesina de la Catedral San Juan Bautista, liderada por Ramos. Allí con Zoilo, en el pestilente
“túnel”-macabra cárcel policial- me encontré con otro presidiario, en esa época
dirigente sindical: Leo Oviedo. A la media hora de permanecer en ese encierro
inmundo, iniciamos la organización de una huelga de hambre.
La novela de Rafael Emilio Pineda es esencialmente una evocación
de la sanjuaneridad, de sus personajes, del colorido de sus campos, de la
belleza de la ciudad, de los encantos de sus monumentos, las creencias de las
gentes, su religiosidad popular, los saberes populares, la cultura, la magia,
las brujas, las historias de “Pirrindin” y sus sanaciones, las anécdotas
laboristas, los encantos amatorios de las ciguapas, la gastronomía sanjuanera,
los amores juveniles, las utopías, las tragedias, las mujeres viajeras, la
muerte, las penurias pos ciclón Georges y el Hambre.
De manera contundente, la obra es una denuncia del hambre y de la
incredulidad, que son los males más envilecedores del barrio, de lo cual
Amarillo Florián nos dice: “En lo que allí se creía de verdad era en el hombre,
indeseada compañera que únicamente se ausentaba de nuestro barrio cuando algún
aspirante a cargo electivo lanzaba su proyecto político “.
“Con la Boca Llena de Hormigas” es una novela bien lograda,
magistralmente cautivadora, que nos conduce a seguir repensando nuestras
perspectivas y nuestro destino histórico”.
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