Por: Rafael Alfredo Marcano Guzmán
Con esta victoria los ánimos perremeistas han subido hasta el cielo, llegando al extremo de equiparar este triunfo al obtenido por la oposición en países como Argentina y Venezuela. La cereza en el pastel la puso el candidato presidencial del PRM, Luis Abinader, quien definió ese triunfo como una muestra clara y contundente de la voluntad de cambio que existe en la República Dominicana.
A los genios del PRM se les olvida que este pueblo no es tonto y que desde hace tiempo aprendió a leer entrelineas y a observar con mayor detenimiento los acontecimientos que ocurren a su alrededor.
Un análisis más profundo a las pasadas elecciones del Colegio de Abogados nos arroja una verdad que no ha sido tomada en cuenta por los analistas del PRM. De 15,057 votos validos emitidos el Dr. Surun obtuvo 5,571 votos, para terminar con un 37%; el Dr. Diego García, candidato del PLD, obtuvo 5,524 votos, para terminar con algo más del 36.5%. Como puede apreciarse la diferencia existente entre ambos candidatos (del PLD y PRM) fue mínima, arrojando casi un empate técnico.
Lo interesante se presenta cuando llevamos estos resultados al plano nacional, ya que los valores resultantes reflejan casi a la perfección lo que pudiera ocurrir en las elecciones presidenciales del año 2016. El ejercicio es simple, si a los resultados obtenidos por el candidato del PLD les sumamos los 3,424 votos obtenidos por el Dr. José Fernando Pérez Volquez, candidato del PRD, nos encontraremos con que el PLD y aliados obtuvo en estas elecciones 8,948 votos, para un porcentaje del 59.4%.
Al ver estos resultados una minoría de analistas del PRM pasaran de la celebración a la preocupación, mientras que una gran mayoría seguirán celebrando su triunfo, alegando que ganaron de partido a partido. A los del PRM que sigan celebrando les recuerdo que en el año 2012 de partido a partido el PRD ganó las elecciones y no fue gobierno.
Como puede apreciarse la política de alianza empleada por el PLD y el Bloque Progresista para las elecciones presidenciales del año 2016 es una garantía de triunfo, aun cuando en el camino aparezcan, como en el caso de los abogados, algunas victorias que engañan.
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