El gigante tecnológico IBM ha descubierto un método para la fabricación de transistores con nanotubos de carbono que podrían permitir el desarrollo de microprocesadores mucho más diminutos que los que existen ahora y reemplazar a los actuales "chips" de silicio.
Según un artículo publicado en la revista
Science, los investigadores de IBM han descubierto un método para
transportar electrones en un nanotubo de carbono, una estructura 10.000
veces más pequeña que un cabello humano y gran conductora de
electricidad.
IBM señaló en un comunicado que el
descubrimiento abre la puerta a microprocesadores cuya rapidez aumenta
"de forma drástica" y que son más pequeños y potentes que los
microprocesadores tradicionales.
Los científicos de la compañía han logrado
vincular un metal a un nanotubo de carbono para facilitar así la
conducción de electrones a través del nanotubo sin dañar el desempeño
del microprocesador.
El hallazgo podría permitir, eventualmente,
que los investigadores reemplacen los transistores de silicio con los
nanotubos de carbono.
El anuncio abre las puertas para que los
fabricantes de microprocesadores fabriquen transistores de 3 nanómetros,
frente a los entre 11 y 14 nanómetros de los microprocesadores más
avanzados en la actualidad.
Cada nueva generación de "chips" se define, precisamente, por el tamaño mínimo de esos componentes esenciales.
IBM anunció en julio pasado que había desarrollado un nuevo microprocesador de 7 nanómetros cuatro veces más potente que los actuales y capaz de albergar 20.000 millones de transistores en un artefacto del tamaño de una uña.
IBM anunció en julio pasado que había desarrollado un nuevo microprocesador de 7 nanómetros cuatro veces más potente que los actuales y capaz de albergar 20.000 millones de transistores en un artefacto del tamaño de una uña.
Los transistores de esos nuevos "chips", desarrollados en un laboratorio de Nueva York, están todavía en fase de prototipo.
Esos transistores son el equivalente en la
informática a las neuronas cerebrales y hacen posible que los
ordenadores realicen, en poco tiempo, tareas y cálculos enormemente
complejos.
Su invención hace alrededor de medio siglo por
John Bardeen, Walter Brattain y William Shockley revolucionó la
informática e hizo posible que los ordenadores, las cámaras
fotográficas, los teléfonos y los reproductores musicales estén
condensados ahora en un solo dispositivo: el smartphone.
Ese avance imparable del poder computacional
ha permitido desarrollar una generación de teléfonos inteligentes más
potentes que el ordenador que puso al hombre en la Luna en julio de 1969
y confirma la validez de la conocida como "Ley de Moore".
Gordon Moore fue uno de los cofundadores de
Intel, la mayor empresa de microprocesadores del mundo, y predijo, en
1965, que la cifra de diminutos interruptores eléctricos en cada "chip",
los transistores, se duplicaría alrededor de cada dos años.
Su pronóstico resultó ser certero, aunque los
desafíos planteados por la producción de unos microprocesadores cada vez
más minúsculos llevó a algunos ingenieros a pronosticar que la Ley de
Moore dejaría de cumplirse en esta década.
Los últimos descubrimientos de IBM han dejado
sin validez a esos vaticinios y permiten prever que el avance
exponencial de la tecnología continuará en los próximos años.
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