Un nuevo fármaco puede por fin ofrecer una esperanza terapéutica para las personas con cáncer de pulmón de células pequeñas (CPCP), una enfermedad muy agresiva difícil de tratar y que con frecuencia se diagnostica cuando se ha extendido a otras partes del cuerpo. La molécula,rovalpituzumab tesirine o Rova-T, ha mejorado en un ensayo clínico en fase I la tasa de supervivencia a 5 años, que actualmente apenas llega al 6% en estos casos. Los hallazgos presentados en el Congreso Europeo del Cáncer podría tener importantes implicaciones en el tratamiento de este tipo de tumor, para el que únicamente a una opción terapéutica.
El equipo de Catalina Pietanza, del Centro del Cáncer Memorial Sloan Kettering (EE.UU.) llevó a cabo un ensayo clínico en 79 pacientes con CPCP. Los pacientes tenían edades entre 44 y 81 años y recibieron dosis Rova-T, una vez cada tres semanas, hasta que la toxicidad llegó a un punto en el que se tuvo que detener el aumento de la dosis [los ensayos clínicos en fase I evalúan la toxicidad y seguridad de un medicamento].
Rova-T se ha diseñado para unirse a DLL3, una proteína muy sobreexpresada en casi el 70% de los CPCP. «De las muestras de 48 tumores, 33 eran positivos para DLL3», explica la investigadora. Además, vieron que de entre los 29 pacientes DLL3+ que pudieron tratar a la dosis máxima tolerada de Rova-T, 10 (34%) tuvieron una respuesta parcial y nueve (31% ) una estabilización de la enfermedad. «La duración de la respuesta fue mayor a los 178 días, sin casos de progresión de la enfermedad», destaca Pietanza.
Diagnóstico tardío
Los resultados son especialmente importantes porque el tratamiento más común para este tipo de cáncer de pulmón es la cirugía, pero desgraciadamente suele diagnosticarse cuando es inoperable y solo que la opción de la quimioterapia. Por ello, sigue siendo un problema de salud pública en todo el mundo, ya que se asocia con la exposición al humo de tabaco y es una causa importante de muerte por cáncer.
Pietanza recuerda que el tratamiento de primera línea no ha cambiado desde hace cuatro décadas y que no existe una tercera línea de tratamiento. Por eso, subraya, «es probable que Rova-T cumpla las necesidades insatisfechas de muchos pacientes». La experta espera que se inicien ensayos clínicos en fase II y III para constatar el potencial de este nuevo tratamiento.
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