Por: Miguel Ángel Geraldo
Es una verdad latente y que nos Choca en pleno rostro todos los días que como comunicadores , educadores de la radio y la televisión no somos capaces de reconocer las cosas buenas que realizan los gobiernos en todas sus dimensiones , sino que como una forma muchas veces un tanto improcedente solo resaltamos lo negativo y se nos escapa, se nos olvida que no hay nada tan malo que no tenga algo bueno ni algo tan bueno que no tenga algo malo.
Cuando perdemos la coherencia perdemos también la objetividad comenzamos hacer un mundo diferente cuando quienes tienen conocimiento de lo que hablamos decimos o sentimos nos evalúan analizan y concluyen diciendo ese o esos comunicadores ya no se pueden ver en televisión, escuchar en radio o seguir através de las redes sociales por su marcada inclinación partidaria, personificada y poco científica de la realidad de las cosas.
San Juan se a convertido en los últimos tiempos en un pueblo donde nada es verdad o mentira que todo depende con el cristal del ojo con que se mira a perdido la capacidad de asombro al ver a muchas personas que en un pasado reciente eran pobres muy pobres convertirse en potenciales millonarios sin haberlo heredado ni trabajado y aquí no existe un comunicador capas de mencionar a personas de esa naturaleza lo que nos convierte en incoherentes y poco objetivo.
Decir que en san Juan todo esta bien es faltarle el respeto a los barrios en donde los niveles de extrema pobreza se refleja en el rostro de sus habitantes, es decirle a esos munícipes y ciudadanos de fe y de buena voluntad que perdieron la esperanza de que sus calles sean asfaltadas de que sus parques sean iluminados, de que no conseguirán un pedazo de tierra, de que sus caminos vecinales no serán reparados.
Hay que reconocer que es mucho lo que se ha hecho en san Juan en comparación con otros pueblos del país en donde no han corrido con la misma suerte aquí se han hecho muchas cosas positivas pero no somos capaces de verlo por que estamos ciego sordos y mudo y hemos perdido la coherencia en algunos casos por lo que también perdemos la objetividad de las cosas.
Exhorto a nuestros hermanos de los medios de comunicación a que seamos más sagaces, más investigadores, a que no desvirtuemos las informaciones por apetencias personales o de grupo que al que haya que combatir lo hagamos de manera unificada y coherente através de los medios de comunicación a los fines de que juguemos el papel para el cual fuimos creados.
No personalicemos nuestros comentarios o escritos cuando estos deben ir dirigidos a las instituciones para que la gente siga confiando en los medios de comunicación y nos devuelva la confianza que en los últimos tiempos producto de nuestro comportamiento se ha perdido en amplios segmentos poblacionales.
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