El exdictador panameño Manuel Antonio Noriega llega a la cárcel El Renacer, 25 km al sur de Ciudad de Panamá, el 11 de diciembre de 2011 (AFP | Rodrigo Arangua). |
El exdictador panameño Manuel Antonio Noriega, preso en su país por desaparición de opositores bajo su régimen (1983-1989), pidió este miércoles perdón por las acciones de su gobierno, derrocado en 1989 por una invasión estadounidense.
"Pido perdón a toda persona que se sienta ofendida, afectada, perjudicada o humillada por mis acciones o la de mis superiores en el cumplimiento de órdenes o la de mis subalternos en el tiempo de la responsabilidad de mi gobierno civil y militar", dijo Noriega en una declaración leída en el canal Telemetro.
"Cierro el ciclo de la era militar como el último general de ese grupo pidiendo perdón", manifestó con gesto serio Noriega, de 80 años, quien purga tres condenas de 20 años cada una en la cárcel El Renacer, a orillas del Canal de Panamá, por la desaparición y muerte en 1985 del opositor Hugo Spadafora y del militar Moisés Giroldi, muerto tras rebelarse contra el exdictador en 1989.
Noriega también cumple pena por la llamada masacre de Albrook, en la que varios militares murieron después de sublevarse contra él.
"Tiene un valor y no puede pasar desapercibido su pedido de perdón; sin embargo, creo que los panameños estamos sorprendidos por qué lo hace ahora y el propósito", dijo a la AFP Aurelio Barría, en aquella época líder de la Cruzada Civilista opositora a Noriega.
"Busca la reconciliación consigo mismo y la sociedad panameña pero esto no afecta ni obvia los procesos legales que tiene pendientes", añadió.
Derrocado en 1989 por una cruenta invasión de Estados Unidos, Noriega pasó más de 25 años preso en estados Unidos, Francia y Panamá por narcotráfico y blanqueo de capitales y desaparición de opositores.
Noriega fue extraditado en 2011 desde Francia a Panamá, adonde llegó avejentado y en silla de ruedas a la cárcel.
Además, tiene causas pendientes por otras desapariciones cuando era jefe de la extinta Guardia Nacional y mano derecha del líder nacionalista Omar Torrijos, quien alcanzó el poder tras un golpe militar en 1968.
Desde su llegada a Panamá, los familiares han solicitado en reiteradas ocasiones arresto domiciliaria para Noriega, quien ha sufrido varios derrames cerebrales, complicaciones pulmonares, cáncer de próstata y depresión, pero las peticiones han sido denegadas.
Según cifras oficiales, la invasión estadounidense dejó 500 muertos, aunque organizaciones de derechos humanos elevan esa cifra a varios miles.
"El (pedido de) perdón de Noriega es producto de una reflexión personal que viniendo de una persona que llegó a ostentar tanto poder contiene sin duda alguna un grado de importancia; otros no han pedido ningún perdón ", dijo el catedrático de Derecho Miguel Antonio Bernal
"Es hora de ir cerrando heridas porque hay demasiadas heridas todavía abiertas y habrá muchas más si no sabemos actuar como verdaderos seres humanos y si vamos anidando venganzas", añadió Bernal, férreo opositor a Noriega.
El 20 de diciembre de 2014, al conmemorarse 25 años de la invasión estadounidense, el presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, anunció la apertura de un proceso de reconciliación nacional para sanar las heridas abiertas por la intervención militar norteamericana que depuso a Noriega.
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