Queridos hermanos en Cristo. El Evangelio de hoy es el de San Mateo capítulo 18 y versículos del 15 al 20. Invito a todos los que no pudieron escuchar o leer estas palabras en el día de hoy a buscarlas y reflexionar sobre la profundidad de su mensaje. Las amorosas palabras de esta cita bíblica las pronunció el mismo Jesús cuando estaba entre los apósteles y nos habla del Perdón. En otras citas bíblicas podemos encontrar claras y contundentes referencias de la importancia del perdón para la salvación de nuestras almas y las de los hermanos, pero ésta cita bíblica nos habla fundamentalmente sobre la forma que debemos usar los cristianos para hacer del perdón un acto de amor o caridad ....ya que el amor “TODO lo perdona” (1ra Cor 13 Cap 13). A esta forma llamamos los cristianos “Corrección Fraterna”, es decir la corrección entre hermanos.
Cuando no utilizamos la corrección fraterna, convertimos el acto de supuestamente “perdonar” en un acto de odio, condena pública previa (Rumores maliciosos) y por ende en segregación ética, moral y hasta expulsión de la comunidad cristiana a la cual pertenecía el que se pretende “perdonar”. Al no utilizar la corrección fraterna más bien pecamos nosotros mismos en mayor grado ante Dios y los hermanos y dejamos de ser testimonios vivos de que Cristo mora en nuestros corazones. Cuando no utilizamos la corrección fraterna más bien señalamos al hermano como “pecador” y lo alejamos de Cristo. Por ello el mismo Jesús siempre cuestionó la actitud de los Fariseos, pues en nombre de Dios predicaban pero con sus actos lo negaban.
En mi vida, el perdonar a un ser amado y a la vez pedirle perdón por el odio y resentimiento que guardaba en mí corazón hacia esa persona me ha liberado de un gran peso y obstáculo para mi relación con Dios. En el 2007 hice mi cursillo de cristiandad y desde entonces he podido perseverar en la maravillosa aventura de no solo creer en Dios sino de también creerle a Dios. Te invito a vivir en el amor que definitivamente pasa por el saber pedir perdón y perdonar también. Dijo Jesus: “Ámense los unos a otros como yo les he amado y en eso conocerán que son mis discípulos”
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