Por: Miguel Ángel Geraldo.
La forma temeraria como manejan los chóferes de la mayoría de las rutas que cubren Azua, San Juan, Elías Piña, Santo Domingo y viceversa, nos ha llamado la atención poderosamente a los fines de evitar que las carreteras cada día se sigan convirtiendo en improvisados cementerios debido a que cada imprudencia de un chofer cada desesperación de un conductor queda plasmada en las cruces que a orillas del tramo carretero le ponen los familiares para recordar a sus difuntos que mueren en accidentes de tránsito.
Existen precedentes históricos que nos permiten palpar esa realidad que pocos se atreven a comentar o dar a conocer debido a que los transportistas denominados los dueños del país, asociados y afiliados en diferentes federaciones y confederaciones siembran el pánico entre las personas que pudieran alertar de esta situación .
Entre los chóferes que cubren las diferentes rutas amparadas por las terminales que ellos representan, se mantiene una constante competencia por los pasajeros que están en la carretera, cuya desesperación ha fomentado el luto de muchos hogares en esta región y el país.
El irrespeto a los pasajeros es cada día más notorio, debido a que los chóferes no les importa que sus unidades vayan cargadas de personas entre ellas niños, ancianos y de todos los extractos sociales, quienes abordan las mismas para diligencias personales en la ciudad capital y los pueblos del interior, mucha de las veces teniendo un vehículo en casa el cual no utilizan tomando en consideración el gasto producto de los precios de los combustible o por que le es más práctico y menos cansón viajando como pasajero de guagua .
Ya la población está hastiada de ser irrespetada debido a que pagan religiosamente por un servicio que no le ofrece ninguna seguridad como el de abordar una guagua como pasajeros.
A los dueños de las diferentes terminales y rutas del transporte, presten mucha atención las personas que de manera obligada tienen que viajar a los pueblos del interior, se verán obligados a solicitar la intervención de otras empresas del transporte que sí respeten la vida de los pasajeros y por ende terminen instalándose en esta ciudad y las demás ciudades de la región del valle desplazando a los conductores de la muerte y respetando ese derecho inalienable como lo constituye el derecho a la vida .
Amigo pasajero, tu eres el dueño de tu vida y eres quien paga los pasajes que permite a los dueños de guagua pagar a las agencias y al personal que administran esas unidades.
Si los chóferes no acatan tratarte con respeto, decencia, protección y llevarte a tu destino con seguridad, entonces eleva tu voz de protesta y no permitas que transporten hacia la muerte.
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