Bill de Blasio prestó ayer miércoles el juramento del cargo ante el ex presidente Bill Clinton y pasó a ser el 109no. alcalde de Nueva York al mismo tiempo que prometió desarrollar una amplia agenda liberal.
Fue el momento culminante en la sorpresiva carrera política del nuevo gobernante, símbolo de la restauración demócrata en una ciudad en los que los seguidores de ese partido superan a los republicanos en proporción de 6 a 1 en una de las ciudades más liberales del país y donde no controlaban la alcaldía desde 1993.
De Blasio, de 52 años, prestó primero juramento 12 horas antes en una breve y modesta ceremonia frente a su casa de Park Slope, en el barrio neoyorquino de Brooklyn.
Acompañado solamente por su esposa, Chirlane McCray, y sus dos hijos adolescentes, pronunció el juramento ante el secretario de Justicia Eric Schneiderman, firmó los documentos requeridos y, con una amplia sonrisa, pagó los 9 dólares obligatorios al secretario del ayuntamiento.
La ceremonia en el ayuntamiento fue realizada en una escala mucho mayor.
Clinton estuvo acompañado por su esposa, la ex secretaria de Estado Hillary Clinton, la presunta favorita a la Casa Blanca en el 2016.
Otro candidato presidencial, el gobernador Andrew Cuomo, estuvo igualmente presente, al igual que el ex alcalde Michael Bloomberg, a las pocas horas de su primer día como ciudadano privado tras pasar 12 años al frente de la alcaldía.
Miles de personas desafiaron el frío el día de Año Nuevo para saludar al nuevo alcalde, que saludará a una fila de asistentes en el ayuntamiento tras la ceremonia. Otros dos demócratas juraron igualmente su cargo en la administración municipal: Letitia James como defensora del pueblo y Scott Stringer como contralor.
Las personalidades asistentes no estuvieron limitadas al mundo de la política: el cantante Harry Belafonte inició la ceremonia, acompañado por las actrices Cynthia Nixon y Patina Miller.
De Blasio, de 52 años, buscó el apoyo de los que considera fueron ignorados por el gobierno de Bloomberg, y pidió un aumento de los impuestos a los acaudalados para costear la enseñanza universal antes del jardín de la infancia.
Prometió además mejorar las oportunidades económicas en los barrios de las minorías raciales y trabajadores y lamentó los presuntos abusos de la policía en los cacheos y registros de viandantes.
El y su nuevo comisionado de policía, William Bratton, prometieron moderar el uso de esa táctica, que según sus partidarios redujo la delincuencia aunque sus detractores sostienen que fue centrada injustamente entre los negros e hispanos.
El senador por Nueva York Charles Schumer, se mostró “optimista” sobre el éxito del nuevo alcalde, y recalcó que Nueva York ha ganado 1.5 millones de habitantes en las últimas décadas. “La gente viene a esta ciudad, no se va, cómo en otras ciudades”, afirmó el canal local de televisión NY1.
UNA DOMINICANA EN LA CEREMONIA
Lissette Ortiz, una estudiante de origen dominicano, fue una de las protagonistas de la ceremonia de juramento del nuevo alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, en la que presentó al expresidente Bill Clinton. Ortiz explicó en español e inglés que su madre llegó a Nueva York cuando tenía tres años y no pudo reunirse con ella en esta ciudad hasta que tuvo 15 años.
“Juntas trabajamos, no fue fácil y aún no es fácil, pero en esta ciudad las oportunidades son ilimitadas”, económirecordó la joven, quien narró que consiguió su primer título universitario y ahora estudia en uno de los centros de la universidad pública de la ciudad (CUNY). Ortiz, a quien le gustaría trabajar en la administración pública, subrayó su objetivo de que “las familias que afrontan los mismos retos que la mía tienen las mismas oportunidades”.
“Soy neoyorquina y tengo mucho orgullo de la ciudad”, subrayó la joven estudiante. Ortiz presentó a Clinton (quien tomó el juramento a De Blasio) como “el presidente del mundo”, un “héroe para millones, incluso en la República Dominicana”.
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