LA VEGA. La ratificación de tres meses de prisión preventiva al sacerdote Alberto Zacarías Cordero, acusado de violar una menor de 15 años, terminó con el llanto de mujeres y jóvenes que lo respaldaron.El fallo de los jueces de la Cámara Penal de la Corte de Apelación del departamento judicial de La Vega generó tristeza entre quienes pensaban ver enlibertad o al menos que variaría la medida. Los magistrados Osvaldo Aquino Monción, Adolfo Yari e Indira Marcano encontraron elementos suficientes para acoger el pedido del Ministerio Público de ratificar la decisión de juez de Bonao.
La seguridad tuvo que ser reforzada debido a que los presentes se negaban aceptar el mantenimiento en prisión del cura.
En apoyo al sacerdote acudieron cientos de feligreses de Bonao y Cotuí, quienes llegaron en siete autobuses y se concentraron con pancartas y rosarios para hacer oraciones en favor del acusado.
Respaldo de fieles
Algunos comenzaron a rezar el Padrenuestro frente a la puerta del tribunal. También 16 sacerdotes acudieron a darle apoyo a su compañero. Cordero, quien gurda prisión en el centro penitenciario La Isleta, de Moca, llegó con su hábito puesto, pese a que fue suspendido en sus funciones por el obispado de LaVega. Los más jóvenes de las parroquias donde el religioso brindó su labor pastoral se concentraron en la parte frontal con cartulinas, mientras los más adultos, con rosarios en mano, permanecían en espera de la decisión de los jueces.
Nuris Almonte calificó al sacerdote como un hombre intachable. “Con el padre Cordero es lo mismo que se hizo con Cristo de llevarlo al pie de la tumba”, expresó. El abogado de la defensa, Francisco Moreta, dijo que determinarán qué nuevos pasos dar. La audiencia se inició a las once de la mañana y concluyó a las 4:05 de la tarde.
Desde el 17 de julio en el centro La Isleta, de Moca
El pasado 17 de julio, la magistrada Rosa María Almonte, del juzgado de Atención Permanente de la provincia Monseñor Nouel, decidió dictar tres meses de prisión preventiva contra Cordero. El sacerdote fue llevado nueva vez al centro penitenciario La Isleta, de Moca, en medio del llanto de los feligreses que se resistían a verlo en esas condiciones.
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