Lo estranguló, desmembró el cuerpo y lo metió en una caja de cartón el 25 de mayo de 1979
NUEVA YORK._ Un ex bodeguero hispano confesó el secuestro y el asesinato hace hoy 33 años del niño estadounidense Etan Patz, quien residía próxima a la bodega en el Soho y de donde desapareció el 25 de mayo de 1979. La nacionalidad de Pedro Hernández no pudo ser confirmada debido a que la portavoz de prensa hispana de la Fiscalía de Manhattan, Hidalyn Colón respondió que ese despacho no está comentando acerca del caso. Hernández, quien tenía 18 años de edad al momento del crimen y ahora cuenta con 51, fue arrestado ayer jueves en el poblado de Maple Shade de la ciudad de Camden (New Jersey), fronteriza con Pensilvania.
En una conferencia de prensa anoche, el alcalde Michael Bloomberg y el Comisionado de la Policía, Raymond Kelly confirmó la confesión de Hernández y dijo que hay causa probable para arrestarlo y acusarlo por el crimen.
La desaparición y asesinato del menor de 6 años de edad y residente en la calle Prince, provocó un cambio drástico en las leyes que castigan ese tipo de delito por la enorme conmoción que provocó tanto en Nueva York, Estados Unidos y el mundo.
“Un sospechoso bajo custodia de nuestros oficiales, ha hecho una confesión en la que se auto incriminó respecto a ese horrendo crimen”, dijo Kelly a su regreso de Londres, donde estaba representando a Nueva York para la sede de los Juegos Olímpicos de Verano. “Confesó que engañó al niño con un refresco (soda) lo llevó al sótano de la bodega en la que trabajaba y lo asfixió, después colocó el cadáver en una caja, caminó por la calle y dejó la caja en un callejón”, agregó el jefe policial.
Originalmente tanto Hernández como José Ramos, habían sido declarados personas de interés en la investigación que fue reabierta dentro de los llamados “casos fríos” por la fiscalía de Manhattan, pero ambos fueron dejados en libertad preliminarmente.
La policía dio seguimiento a Hernández, quien según medios anglófonos fue delatado por algunos familiares a quienes confesó el crimen de hace tres décadas. Ramos fue arrestado en 1982 por abusar sexualmente de un niño y Hernández, acorde con su récord, cumplió condena en una cárcel de Pensilvania por un delito similar, por lo que ambos son pedófilos natos.
En su testimonio auto incriminatorio a los investigadores, Hernández dijo que luego de estrangular al menor, desmembró su cadáver y lo metió en una caja de cartón que tiró en algún lugar del Soho que ahora no recuerda.
Su esposa y su hija, una estudiante universitaria en New Jersey, salieron raudas de la vivienda en Camden, cuando una batería de medios se apostó frente a la residencia. Vecinos del acusado reaccionaron sorprendidos, diciendo que jamás hubieran imaginado que el confeso asesino, pudiera ser un monstruo de esa calaña.
Eddy Santana, un primo de Hernández dijo que finalmente, el “satánico” se retrató al referirse a lo horroroso del crimen contra el niño. Al momento de su arresto, los padres de Etan, Stan y Julie Patz se encontraban en la graduación de una hija en Massachusetts y estarían de regreso hoy viernes en Nueva York.
Algunos creen que a pesar de lo revelado por el alcalde y el comisionado policial, el caso no está del todo claro, debido a que Hernández no ha dicho en los interrogatorios porqué mató al muchacho.
En abril, docenas de agentes del FBI, la policía de la ciudad y peritos forenses comenzaron infructuosamente la búsqueda de los restos del menor en un sótano de un edificio de la calle Prince, en el que se creía, el asesino había tapiado el cuerpo en alguna pared. La búsqueda de varios días, no dio resultados.
Otoniel Miller, un afroamericano que tenía un taller de ebanistería en el inmueble y que a diario hacía contacto con la víctima, fue interrogado también por los investigadores.
El niño desapareció mientras caminaba a tomar el autobús que lo llevaría a su escuela, a la que nunca llegó el viernes 25 de mayo de 1979.
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