SE CONOCIERON DURANTE UNA FIESTA EN EL AÑO 1950, SIETE AÑOS DESPUÉS, UN 7 DE JULIO DE 1957, CONTRAERÍAN MATRIMONIO PARA PERMANECER POR TODA UNA VIDA JUNTOS
Emilio Nicolás Córdova (Cuqui) y doña Mercedes María Roca (Chelito) |
Ella tímida, pero con un carácter fuerte, y él, con un carisma que siempre lo ha caracterizado, han podido vivir un amor que ha perdurado siete años de noviazgo y 54 años de matrimonio.
Se conocieron durante una fiesta en el año 1950, pero nunca se imaginaron que siete años después, un 7 de julio de 1957, contraerían matrimonio para permanecer por toda una vida juntos.
Su primer encuentro fue en la ciudad de la Vega, cuando apenas doña Mercedes tenía 16 años y don Cuqui 19. En este primer encuentro él la invitó a bailar, aunque antes de ese momento, aquel joven apuesto la había visto salir de una iglesia, y había quedado enamorado a primera vista de ella por su impresionante belleza.
“Yo salía mucho con mis hermanos porque mi papá solo me dejaba salir con ellos. Había una fiesta de un amigo de nosotros que se había graduado, y ahí lo conocí y dije, ¿y este santiaguero, quien es? Y me dijeron “ese es Cuqui Córdova, que llegó de la academia”, y ahí el me sacó a bailar y empezamos a hablar y a conocernos, luego me acompañó a mi casa junto con mis hermanos, y desde ese momento siempre andaba atrás de mí,” relata doña Mercedes, tras asegurar que don Cuqui primero se acercó a ella como amigo. En ese proceso duraron un lapso de ocho meses, y luego se hicieron novios.
Chelito, como cariñosamente es conocida por muchos, dice que lo que la enamoró de él fue su forma de ser, “porque él es una persona que nada lo altera, no pelea por nada y tiene un temperamento único. En su trato es sumamente agradable”.
Una de las anécdotas que recuerda es que como don Cuqui nunca peleaba, ella era “la ogra” de la casa. “Es de las personas que nunca se molesta, ni siquiera con los hijos. Cuando estábamos almorzando y él corregía algo, nuestros hijos lo aplaudían diciendo: “Ay papi bravo, eeehh”.
La pareja procreó cuatro hijos Emilio, María Estela, Mercedes Amalia y Carlos Alberto, a los cuales don Cuqui y doña Chelito aseguran, les inculcaron siempre actuar correctamente, el respeto hacia las demás personas y el valor de la honestidad.
De su lado, don Cuqui, bromista como siempre, asegura que “todos los días iba a la casa de “Cheli”, como cariñosamente le llama, pero la mamá de ella se me sentaba en frente, y yo le decía búsqueme agua que tengo una sed tremenda, y mientras ella iba a buscar agua yo me aprovechaba. Cuando yo me iba ellos me decían, “pero deberías ir al médico porque tú tomas mucha agua”.
Dice que a pesar de que los dos Vivian en la Vega, no se conocían porque él estaba estudiando en el extranjero. “Un día una señora me dijo, “Cuqui a mi me gustaría que tú te enamoraras de fulana de tal, refiriéndose a ella, y yo le dije pero yo no la conozco, solo conozco a su papá y sus hermanos. Ese domingo fui a la iglesia, porque yo siempre he dado mi rezadita por los pecadores no por mí, tu sabes, y veo que viene su papá caminando por el centro de la calle, agarrado de la mano de ella, yo miré y dije “ah carajo pero yo creo que ésta es la muchacha, y bien que se ve, mira que piernas, mira que cuerpo”.
“Era una muchacha tranquila, pero su mamá me decía, “ten cuidado cuando veas que ella empieza a mover los pies, eso significa que está brava” relata don Cuqui, quien de inmediato no puede contener la risa y lanza una carcajada.
“Todavía los dos estamos enamorados, yo de ella y ella de mí. Esa química funciona, porque cuando tú quieres una persona si comete un error, tú lo pasas desapercibido, pero cuando es lo contrario tu peleas y sacas los dientes. Pero en el caso de nosotros no, porque yo no soy amigo de pelear. Pero primero que todo es el amor que ambos nos tenemos, a ésta edad que tengo sigo enamorado de mi mujer, y ella también de mí. En estos días yo pase cuatro días en la Romana, y ella me llamaba y me decía hay pero tu si me has hecho falta. Cuando yo viajo me siento triste, pero como soy alegre a veces se me olvida la tristeza, pero después vuelvo otra vez y me siento melancólico, cuando no la tengo a mi lado” relató el historiador deportivo.
Por primera durante la entrevista, la voz de don Cuqui se tornó apagada, al expresar que prefiere morir primero que su esposa. “Yo no quisiera que ella… bueno yo no sé qué decir aquí, eso hay que dejárselo al de arriba (Dios)".
Uno de los momentos memorables que la feliz pareja recuerda, fue la celebración de sus bodas de oro, hace cuatro años, la cual se realizó en la capilla de monseñor Nicolás de Jesús López Rodríguez, y en la que el papa Benedicto XVI, también les envió un pergamino expresándole sus felicitaciones.
Ambos aseguran que el secreto de su matrimonio ha sido la fe que ambos tienen hacia Dios, la tolerancia que han tenido durante los últimos 61 años, el respeto que se han pregonado, la comunicación que siempre han tenido, pero sobre todo, el amor que uno siente hacia el otro.
Sin dudas don Cuqui y doña Mercedes, son una muestra fehaciente de que el amor existe y que existe también “la media naranja”.
Vida profesional de don Cuqui
Don Cuqui Córdova es un historiador deportivo, con especialidad en el béisbol. Ha escrito más de 18 libros sobre este deporte, del cual se considera fanático.
En el año 1940 escribe por primera vez su columna “Béisbol de ayer”, la cual, durante los últimos 36 años ha sido publicada por LISTÍN DIARIO, todos los sábados.
Pero don Cuqui asegura que con esta columna no podía hablar de lo que estaba pasando en el béisbol actual, por esta razón decidió crear otra llamada “La crónica deportiva”, que se publica todos los martes, en este diario.
También tiene un programa de radio y televisión, sobre el mismo deporte.
A sus 82 años, don Cuqui asegura en medio de risas y bromas, que “está en la curvita de la paraguaya”, pero aún, su memoria permanece infalible y conserva cada detalle de su vida, como si lo hubiese vivido ayer.
Fuente: http://www.listin.com.do
k bien, asi deben ser los matrimonios..
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