Ciudad del Vaticano, 12 ene (EFE).- Benedicto XVI reiteró hoy que la crisis económica actual es una crisis "ética" y dijo que puede ser "la ocasión" para recuperar los valores fundamentales para lograr una sociedad "más justa, ecuánime y solidaria, en la que se promueva el bien integral del ser humano". El Papa afirmó también que la crisis económica y financiera tiene sus raíces en el individualismo, "que lleva al hombre a cerrarse en su propio mundo y a preocuparse sólo de satisfacer sus necesidades sin preocuparse de los demás". El Pontífice hizo estas manifestaciones en el discurso que dirigió a los miembros del ayuntamiento de Roma, de la región del Lacio (a la que pertenece la capital italiana) y de la Provincia de Roma, en el tradicional encuentro para felicitarse por el nuevo año.
El Obispo de Roma señaló que en la Ciudad Eterna y en el Lacio "se ven" los efectos de la crisis económica y financiera que afecta a numerosas partes del mundo e insistió en que las raíces de la misma son "éticas".
Benedicto XVI subrayó que la crisis puede ser la ocasión para que toda la sociedad verifique si los valores que consideraba fundamentales para vivir lo son o hay que realizar una "auténtica renovación" de la misma para que sea "más justa, ecuánime y solidaria y favorezca una recuperación no sólo económica, sino que también promueva el bien integral del ser humano".
Además del individualismo y el egoísmo que lleva a los hombres a preocuparse sólo de sus necesidades, el Papa denunció también otros males de la sociedad actual.
"La especulación en los alquileres, la entrada cada vez más difícil de los jóvenes en el mundo del trabajo, la soledad de muchos ancianos, el anonimato que caracteriza la vida en los barrios de las ciudades y las miradas muchas veces superficiales sobre las situaciones de marginación y de pobreza son también consecuencias de esa mentalidad individualista", afirmó el Pontífice.
El Papa Ratzinger abogó por que se refuerce el valor de la solidaridad y aseguró que es "una exigencia de caridad y justicia" que en los momentos difíciles los que tengan mayor disponibilidad ayuden a los que tienen problemas.
Benedicto XVI pidió a los gobernantes que ayuden a las familias, sobre todo a aquellas que tienen a algunos de sus miembros sin empleo, y a los jóvenes, "que son los más penalizados por la falta de trabajo".
A este respecto señaló que una sociedad solidaria tiene que tener siempre en cuenta a las jóvenes generaciones, poniendo en marcha políticas adecuadas que favorezcan alojamientos a precios asequibles y la creación de puestos de trabajo.
"Todo ello es importante para evitar el riesgo de que los jóvenes caigan en manos de organizaciones ilegales, que ofrecen fáciles ganancias y no respetan los valores de la vida humana", agregó.
Benedicto XVI abogó por que la cultura de la acogida, la solidaridad y la legalidad sean valores fundamentales de la sociedad. EFE
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