Bogotá.- Una campesina colombiana convivió un mes con el cadáver insepulto de su esposo en su casa, en un paraje rural de la localidad sureña de Garzón, departamento del Huila, porque este le dijo antes de morir que “iba a resucitar”, informó hoy el diario “La Nación” de Neiva, capital de ese territorio.
Lucio Chacué, el difunto, pidió a su esposa que le cumpliera ese deseo: permanecer con el cadáver escondido en la casa porque él “regresaría a la vida”.
Alba Yacué, la esposa, cumplió y convivió los 30 días con el cuerpo del cónyuge muerto.
La pareja vivía en la vereda La Umbría, zona rural de Garzón, en la que Lucio Chacué murió hace un mes por causa desconocida.
“Los vecinos siempre se interrogaban en voz baja el destino del cuerpo sin vida, pero nadie daba razón. Ni siquiera la misma esposa”, señala la edición del diario este domingo.
Ante esto, los vecinos dieron aviso a uniformados del Ejército que reportaron el caso al Cuerpo Técnico de Investigaciones (CTI) de la Fiscalía, que llegó hasta la casa de los Chacué Yacué y encontraron al fallecido, de 61 años, en el cuarto matrimonial.
“Lo que quedaba de su cadáver un mes después de su muerte estaba arropado con una sábana. Estaba en estado de descomposición y soltaba unos olores nauseabundos que Alba Yacué soportó en busca de una posible resurrección de su compañero, como él lo había prometido en vida”, añade el periódico.
“En más de 40 años como funerario jamás había visto una cosa de esta magnitud. Nos deja perplejos”, dijo Evangelista Ome, de la Funeraria La Paz en la que fue amortajado Chacué.
Yacué pidió que arreglaran el cadáver, pero que se lo devolvieran, pues aún confía en que pueda sepultarlo en el patio de su casa.
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