La investigación de la muerte que encontró en la Polinesia Francesa el alemán Stefan Ramin, quien al parecer habría sido víctima de un ritual caníbal en la remota isla tropical de Nuku Hiva, ha tenido un giro de 180 grados luego de que se especulara que, en realidad, el turista había muerto víctima de un crimen pasional.
El principal sospechoso del delito es Henri Haití, un guía turístico que pasó gran tiempo con Ramin y su novia, Heike Dorsch. Este fue el que llevó al alemán a la cacería de cabras en la que desapareció.
Henri Haití es un delincuente de poca monta que, según el experto alemán en simbología Joerg Klein, lleva un tatuaje de un guerrero Kaioi –una tribu caníbal– en su canoa, lo que llevó a pensar que crimen podría ser parte de un ritual antropófago.
Según la versión publicada hoy en el diario alemán “Bild”, Henri Haití habría asesinado al alemán simplemente por celos y luego atacó a su novia y la dejó atada a un árbol.
“Henri había sido recientemente abandonado por su novia Hinarere, que se fue a Tahití como parte de su formación como enfermera. Él buscó consuelo con Heike, estaba enamorado de ella”, señaló su primo.
La policía ha descubierto que justo antes de la muerte de Stefan se produjo una acalorada discusión entre los hombres, y que el punto central de la discusión era la blonda Heike.
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